20 octubre, 2014

MITOS,CUENTOS Y LEYENDAS ANDINAS

Helada, Granizada y Viento en la agronomía andina:
Los hermanos Chicotillo en mito y rito
Juan van Kessel
y
Dionisio Condori Cruz

IECTA - CHILE - 2004
Cuadernos de Investigación en CULTURA Y TECNOLOGIA ANDINA, N° 18
1. El mito de los hermanos chicote
Había2 cierta vez un jóven comunero, que paseaba por sus sembríos para verlos cómo crecían. Vío y constató que cada noche sus chacras amanecían dañadas y atropelladas por animales. Una noche decidió vigilar y coger quién era él que dañaba a sus sembríos. Entonces el muchacho se puso a vigilar su sembrío y cuidó con mucho celo su chacra. Estaba oculto dentro de un surco de la chacra. Esa noche aparecieron muchos okke asno3 pero los asnos vieron casualmente al muchacho y de inmediato arrancaron y subieron rápidamente, brillando como una luz fulminante, al cielo y atropellando siempre sus sembríos.
Entonces el jóven muy afligido pensó mucho todo el día. Se preguntaba cómo podría coger los pollinos y agarrarlos. Luego alistó unas reatas gruesas para cogerlos en la noche en su chacra. El jóven esperó oculto con las reatas en las manos. Anticipadamente se alistó muy bién, llevando su coca y su alcohol que lo guardaba en su chuspa. Se preparó una kintuska de tal forma que el rito resultó muy bien. Esperó toda la noche y volvieron los asnos igual que en la noche anterior. Era una cantidad innumerable de asnos. El jóven agarró su reata y cogió a un rocín con seguridad extraordinaría; con increíble destreza había laceado en ese momento.
A los ojos del jóven, el asno cogido resultó ser una muchacha hermosa y bella, vestida con prendas brillantes hechas de fibra de oro, como se dice kuri pacha yujj. Con mucha prepotencia el jóven amenazó a la señorita y la culpó de todos los daños que había ocasionado el rocín. La muchacha en todo momento pidió perdón. El jóven en un principio no quiso concederle el perdón, pero la mujer era muy bella. Encantó mucho al jóven, como imán, hasta que decidió darle el perdón a cambio de una condición: que ella fuera su novia. La muchacha aceptó la condición que demandaba el jóven. Al amanecer el jóven raptó a la bella muchacha y la llevó a la
casa.Varios días después se casó con la muchacha y vivieron felices con profundo amor.
Una vez por la tarde en una conversación el jóven preguntó a su novia y dijo: "Amor mío, ¿cómo y por qué se elevan como luz de rayo al cielo tus otras compañeras?" Ella respondio: "Es que tienen ropas metálicas muy preciosas de oro y plata". El jóven quedó pensando. Para que no se alejara su novia al cielo, decidió quitarle su precioso traje y la vistió con ropas de su pueblo, porque ya sabía el secreto. Guardó bién la indumentaria preciosa de su novia en una maleta grande, y la cerró con un candado bién asegurado. En tal situación la mujer no podía elevarse al cielo. Así vivieron mucho tiempo en armonía y felicidad. Al cabo de varios años como cónyuges llegaron a tener tres niños.
Pero cuando sus hijos ya eran mayores de edad, ocurrió un día que la mujer lloraba desoladamente en presencia de ellos y decía: "¡Cómo quisiera ir al cielo a traer bastante plata de casa de mis padres!" Entonces el hijo mayor compadecido del llanto de su madre que lloraba constantemente, le contó el secreto y le dijo dónde su padre guardaba la llave de la maleta que tenía sus trajes preciosos. Así un día cuando su padre se había ido a trabajar a otro lugar, la madre cogió la llave, abrió la maleta, sacó sus trajes, se vistió con su ropa (era más o menos medio día) y se fué como una luz fulminante al cielo. Entonces los hijos se quedaron llorando.
Por la tarde el padre llegó a su casa y no encontró a su esposa. Los hijos, afligidos, narraron lo que había ocurrido con su madre. El padre se enteró y se puso a llorar desconsoladamente. Luego preocupado recorrió todo los lugares y preguntó a la gente, a los animales, a los aves y a todos. Porque su preocupación era cómo podría subir al cielo para encontrar a su esposa. Cierto día se encontró con un gallinazo. El ave le dijo: "Consíguete una soga larga y te voy a ayudar". Entonces el hombre consiguió la soga y de inmediato el gallinazo lo llevó al cielo. En un viaje raudo llegaron al cielo. Luego el gallinazo regresó a la tierra y el hombre se quedó buscando a su esposa. La mujer ubicó primero al hombre. Lo alcanzó diciéndole: "¿A qué has venido hasta aquí? Cuidado, que no te vea mi padre aquí. No quieren verte aquí". Entonces la mujer lo llevó a su casa de inmediato para que no lo vieran su padre sol y su madre luna.
Luego al día siguiente el hombre quería trabajar, pero la mujer le dijo: "¿Qué vas a poder trabajar? Aquí es todo diferente. No es como la tierra". Entonces el hombre le dijo: "Podría trabajar como cocinero", y respondió su esposa: "Muy bién,
ya que tú quieres trabajar". Al día siguiente en la mañana la mujer le dejó los víveres: un puñadito de maíz para que cocinara, y se fué a trabajar a otro lugar.
El hombre miró y miró, pensando: algo raro ocurre aquí, y el mismo se preguntaba: "¿Para quién puede alcanzar este puñadito de maíz?" Luego aumentó un plato de maíz más y cocinó el almuerzo. Pero ocurre que cuando cocinaba el maíz, rebalsaba mucho la olla y llenaba otra olla y seguía aumentando más, llenando siempre más tinajas y ollas. Entonces por la tarde llegó la mujer a su casa de regreso y se percató todo lo que había ocurrido al hombre. La mujer muy molesta le dijo: "¿Por qué tú has aumentado el maíz?" Entonces el hombre contestó: "Poquito puñadito de maíz que me has dejado, ¿para quién podría alcanzar?" La mujer tan molesta y dolorida respondió: "Aquí todo es muy diferente. ¿Por qué tú no me hiciste caso?" Al mismo tiempo la muchacha, toda enojada, empujó al hombre. Al percatarse de lo sucedido, su Padre Sol de la mujer se enojó y lo quemó y lo incineró como un chicle y se convirtió en ceniza.
Los hijos en la tierra se quedaron huérfanos al lado de su abuelita. El mayor de ellos se llamaba Manuel, el del medio era Ignacio y el más chico tenía por nombre Venturo. Crecieron sin ninguna educación, flojos y vagos. Estaban todo el día vagando en el cerro. La abuela ya anciana nada podía hacer para que fueran hombres útiles. Crecieron sin respeto. A los tres hermanos huérfanos los mantenía la abuelita.
Comentan que en esos tiempos antiguos no existía la granizada, la helada, vientos y plagas. Todos los humanos agricultores vivían felices, porque no se presentaron ninguna clase de sequías ni hambruna ni plagas. Todos los cultivos producían bien y seguros, como una despensa, llena de chuño, quinua, cebada, cañihua, papa. Pero sucede que por la seguridad de la producción algunos no trabajaban bien y se volvieron malvados, flojos y mentirosos. Así pasó también con los tres hermanos wajjchos. Se volvieron jairas4 y no cultivaron nada. Por eso cayeron a la desgracia. La anciana madre queriendo salvar la miseria, les suplicaba que fueran a cultivar, pero ellos no le hacían caso.
Cierto día, cuando era la época de barbecho de la tierra que estaba ya realizando la gente de ese ayllu, la abuelita les dijo: "Hijos míos, vayan a barbechar las tierras que nos corresponden, donde este año se cultivarán papas en la aynoqa5".
"Si, mamitay, iremos mañana mismo. Prepáranos bastante fiambre y herramientas". Efectivamente, a la mañana siguiente muy temprano bajaron al
campo. Allí ubicaron un lugar plano y comenzaron a jugar a bolitas y tocar charango, sirviéndose de rato en rato el fiambre. Atardeció. Como otros, igual se recogieron hacia su ayllu y su hogar y llegados allí dijeron a la abuelita:
"Mamitay, hoy hemos trabajado duro. Hemos barbechado una buena extensión. Nos hemos cansado". La abuelita les atendió con mucho esmero y cariño y les dijo: "Bien hijos, muy bien. Ahora siquiera tendremos donde cultivar". Más ni habían barbechado terreno alguno, sino que ese día se dedicaron a jugar y tocar charango. Pasó el tiempo y llegó el momento de cultivar. La gente ya cultivaba sus tierras y nuevamente la abuelita les hacía recuerdo para que fueran a cultivar papas.
"Hijos vayan a cultivar en las tierras que barbecharon", dijo la abuelita.
"Si, awicha, aliste las semillas y las herramientas. Ya iremos". Bajaron las semillas, cargadas en burros. Llegaron al lugar de su diversión y comenzaron a jugar a las bolitas, tocaron charango y luego se pusieron a preparar hornos para hacer huatias, que apenas cocidos comían y luego se preparaban otro horno, y así comiendo y jugando, pasaron plácidamente el día. Hasta que por la tarde volvieron en la casa de su abuelita, diciendo:
"Mamá ya hemos sembrado. Al fin tendremos papas de donde recojer. Estamos muy cansados", y la abuelita, solícita, les atendió. Pasó la época de cultivar y llegó el momento de la maduración. La aynoqa cultivada de papas estaba linda. Algunas florecían, algunas ya echaban sus frutos, algunas amarillaban, señal de tener buenos tubérculos. Era la época en que la gente ya comenzaba a arrancar matas de papa y recoger el producto. Viendo esto, la abuelita les dijo:
"Por qué nosotros no hacemos igual, recogiendo los primeros productos de papa de nuestra chacra?"
Los hijos le dijeron a su abuelita: "Si, mamitay, puedes ir ahora mismo a nuestra chacra. Lo nuestro es el mejor, el más alto y está a la vista y de allí puedes escoger la cantidad que desees". Llegó luego el Carnaval y la abuela fué a la chacra, a ancachar6 las papas. La abuelita, toda confiada y creyendo lo que le habían dicho sus nietos, se dirije a ancachar las papas, tal como le habían indicado ellos. Bajó y llegó y avistó la mejor papa, y de allí comenzó a arrancar de la mejor chacra. Pero antes que terminaba de arrancar llegó el verdadero dueño de la chacra. Al ver que la abuelita arrancaba sus papas, le reprendió y hasta le pegó con látigo. Enfurecido
la azotó con un chicote arrancándole un pedazo de carne de una de las piernas. Además advirtió a cada golpe y dijo que sus nietos no habían sembrado; que la semilla que les había dado se la habían comido en huatiadas y que todo ese día habían estado vagando en el cerro. Entonces la abuelita se puso a llorar arrollada en el suelo y quitándose su sombrerito. Pero el hombre, más enojado dijo: "Esos lloqallos tuyos, flojos, ociosos y mentirosos, no trabajaron la tierra, sino que se pasaron jugando, tocando y comiendo. He ahí tu terreno sin cultivar ni barbechar. De ahí pues puedes recoger la papa. ¡Ya vaya!".
La abuela al poco rato se levantó, recogió su carne en una manta y llorando se la llevó a su casa. Ya por la tarde regresaron los tres hermanos a casa de su abuelita, pero como habían pasado el día jugando, habían llegado con hambre, y le dicen a su abuelita: "Estamos de hambre; tenemos mucho hambre y queremos que nos des comida". La abuelita, reprochándoles que le habían engañado, mostró las heridas de su cuerpo y les dijo: "Hijos, ¿qué cosa hicieron cuando decían que iban a trabajar, barbechar y cultivar? ¿Acaso no decían que trabajaron? Miren cómo me hacen castigar y pegar con su dueño. Ahora no tendremos qué comer7. ¿Qué les voy a dar de comer? Ni siquiera Ustedes han sembrado las papas que les he dado. No tengo nada de comida para darles. Cuando he ido a escarbar la chacra que Ustedes me han dicho, solamente la gente me ha pegado, porque había escarbado su chacra". Con esta respuesta, sus nietos no se quedaron tranquilos y le dijeron nuevamente a su abuela: "Estamos siempre de hambre y no hemos comido nada. Queremos siempre comida". Sin saber qué hacer, la abuelita se puso a llorar y por la noche cocinó en caldo los despojos de su cuerpo y les hizo de comer a los tres hermanos.
Después de saborear la carne de su abuelita, los hermanos se encolerizaron. Comenzaron a hablar entre sí: "¿Así? Ahora verán, con que eso han hecho con nuestra abuelita". En eso se ponen de acuerdo y el mayor, Manuelo, les dice a sus hermanos: "Yo voy a ir como granizada. Tú, Venturo, vas a ir como viento", le dice al intermedio. "Y tú, Ignacio, vas a ir como helada", le dice al menor. "¡Sabrán quiénes somos los tres hermanos! Ahora mismo que alisten costales, lazos y burros,
porque recogeremos cualquier cantidad de productos". En eso se fueron los tres hermanos chicote de la casa de su abuelita y cada uno tomó su puesto en los cerros. Otros dicen que en ese momento los hermanos tomaron otro nombre. Dicen así los Machariri. Dicen: "El Granizo (Chijjchi) es Mariano chicote, el Viento (Wayra) es Manuel chicote y la Helada (K'assa) es Miguel K'oro Asno chicote", y dicen que el Achachila los dejó vivir en su casa, porque es su padrastro, y desde entonces se llaman así no más: los chicotes8.
Ese día por la tarde, a la puesta del sol, cuando éste estaba por ocultarse detrás de los cerros, a los alrededores del ayllu comenzaron a aparecer nubes grises oscuros y sopló un viento no muy fuerte. Repentinamente comenzó a nublarse y oscurecerse el cielo. Ya era hora. El granizo, Mariano chicote, vino desde las cumbres de un cerro, desde donde se precipitó no solo destrozando la chacra del hombre malvado que azotó a su abuela, sino las chacras de toda la comunidad. Al amanecer Miguel K´oro Asno chicote en forma de helada remató con todos los cultivos, malogrando sin salvación todas aquellas cosechas, que estaban floreciendo bonito, y Manuel Venturo chicote al día siguiente en forma de viento botó a todas las nubes y trajo una serie de pestes y enfermedades a la comunidad. Cuando se descargó esa terrible granizada acompañada de rayos y truenos y viento fuerte, estaba tan oscuro que nadie podía ver algo. No quedaba más que protegerse en las casas. Al día siguiente amaneció la estancia con los cultivos todo destrozados. La granizada, el viento y la helada finalente lo habían rematado.
Desde entonces los tres chicotes viven en los q'ollos9 para planear la venganza al castigador. Y fue así que empezaron a maltratar las chacras de toda una estancia. Por eso desde esa época existen esas plagas. Son malvados, flojos, alcoholizados, por haber comido carne extraido del muslo de su propia madre. Al respecto, mi taita siempre decía: "No hay que ser como esos hijos de un rico: ociosos, flojos y mentirosos. No hay que mirar el trabajo ajeno que no dura mucho. Lo nuestro dura y aguanta, porque Dios Tatitu nos bendice a cada cual por su trabajo. No hay que ser como esos tres hermanos que vienen a robar productos, que miran el trabajo de los agricultores. Que uno es granizada, otro viento y otro helada. Ves cómo este relato es una enseñanza para el campesino. Como un ejemplo de ociosos, ladrones, mentirosos, envidiosos, que siempre están mirando lo ajeno, sin hacer nada. Esto es lo que dicen cuando cae una granizada en la comunidad.
Entonces la granizada que se había llevado toda la chacra, juntó bastante comida, mucha comida. Tenía bastante quinoa, cañihua, papa y cebada para almacenar en su casa. Mariano, la granizada, que había juntado bastante comida, en el camino se encuentra con un pasallero10 y le dice: "Tienes que traerme bastante pasalla para que te cambie con papas bien grandes". Y así la granizada había llevado a su casa por los cerros al pasallero. Dice que dentro de la casa de la granizada el pasallero había visto bonitos cuartos y cada uno de ellos estaba lleno de papas, quinoa, cañihua, cebada: de todo, dicen, que había. Ya al caer la tarde, la granizada se dirige al pasallero y le dice: "De una vez te voy a despachar, lo que quieras porque mañana en la madrugada tengo que viajar lejos. Si quieres dormir aquí en la puerta de la calle no más te vas a acomodar". Dicen que el pasallero se había dormido en la puerta de calle, pero cuando despertó al día siguiente, solamente se encontraba tirado en el rincon de unas rocas del cerro.
Dentro de cierto tiempo, esos tres hermanos efectivamente llegaban a su casa con cualquier cantidad de productos de toda clase cargados en los burros y decían a su abuelita: "¿No ves, mamá? Nosotros, sí, somos fuertes. Aquí están los alimentos que necesitamos y ya tenemos qué comer. A nosotros nadie se nos ha atajado".
Por eso hay que poner mucha atención y recordarse siempre. Porque en los meses de Enero, Febrero, cuando las plantas en la chacra se están desarrollando; cuando la gente hace llorar a una abuelita y cuando no damos sus pedidos; a veces, cuando el anciano saca de cualquier sembrió que no es de él sino de la chacra de otra persona; cuando escarba las papas y los dueños de la chacra lo castigan diciéndole: "Ratero, ¿que tú no has sembrado en tu propiedad?"; todo eso llama la helada y la granizada. Es seguro que caerá helada en el mismo tiempo.
Desde aquel día, los chicotes siempre están mirando las chacras más bonitas, para robarse los cultivos y para castigar a la gente que hace llorar a las abuelitas y a sus guaguas. Dicen que un día los hermanos chicote andaban juntos para robar y destrozar los cultivos y productos de los agricultores. Cada cual iba a su manera. Porque a veces la granizada venía sin truenos, ni relámpagos, ni viento que lo acompañe y así, solito, perjudicaba mayormente, y otras veces sin olvidar su costumbre se avecinaba con gran estruendo de ruido, y así la gente se preparaba
para contrarrestarlo. Por eso, a penas los tres hermanos se dirigían a arrebatar los productos, la gente ya les salía a defenderse y hostigar su avance. Entonces por ello la helada le dice a la granizada increpándole: "Tú vas con tanto ruido: `¡qej! ¡qej! ¡qej!,...' `¡q'er! ¡q'er! ¡q'er!...' La gente pues ya se alista y nos sale al paso con fuego y cohetes por el ruido que haces, y se despiertan, y se defienden, y no podemos actuar así". Y al viento le dice: "Tú igual vas silbando y apenas oye la gente, recoge sus cosas, y así no podemos actuar". Y la helada dice: "¿No ven cómo yo voy silencioso, sin hacer ruido? La gente ni oye mi pisada y así puedo robar y destrozar todo a mi paso".
Siempre hay que combatir los chicotes para defender las chacras. Para conjurar estos peligros, cada comunidad tiene sus costumbres y ceremonias. Allí en Yunguyo las familias efectúan una serie de costumbres, de pequeñas a grandes ceremonias. Una de ellas se hace en cerro Qhapia, entre Yunguyo, Pomata y Zepita. Allá existen tres pozos. Uno de ellos es de la helada, otro es de la granizada y otro de la lluvia. En el fondo de cada uno de ellos vive la rana Kaska Paya que es la abuelita de los chicotes. Se dice que en las comunidades que no llueve - porque a veces ocurre que llueve en toda la zona, menos en determinado lugar, y este lugar no obtiene esos beneficios - los comuneros recurren al pozo de las lluvias, sacan las ranas con agua del mismo pozo y las llevan en procesión, hasta el lugar donde no llueve. Allí las dejan hasta que empiecen las lluvias. Luego nuevamente las regresan a su lugar de origen. Pero cuentan que en cierta oportunidad un campesino de una comunidad de Pomata fué a ese lugar para llevar las ranas a su terreno, pero el brujo se equivocó de pozo y en la noche cayó una fuerte granizada. Fué tal que hizo perder todo el sembrío.
Los chicotes son malos. En cambio, la abuelita favorece a la chacra y protege a las ancianas y a sus guaguas. Dicen que cierta vez una mujer se dirigió a un lugar muy lejos a visitar a una pariente. Cuando regresaba a su hogar a medio camino se le hizo tarde y cayó la noche y se encontró en tinieblas. Pero sucedió que en el lugar donde se encontraba, a pocos metros, se le apareció una hermosa casa. La mujer estaba desesperada y decidió acercarse para hospedarse en esa casa. Gritó: "Mamitay Vecinita", y pronto aparació la dueña de la casa que era una viejecita muy extraña. Tenía su rostro lleno de arrugas porosas (quechua: kaska paya), como hay en la espalda de un sapo. La vieja con amabilidad la atendió y la cobijó en su casucha, pero antes le advirtió y dijo: "Te alojo en la cocina, es el único sitio que tengo, porque en la noche llegarán mis hijos. Ellos son muy malos. Seguramente me traeran
abundantes víveres para alimentarme".
Entonces la mujer fué a la cocina a descansar, pero además Kaska Paya le advirtio y le dijo: "Mujer, cuando lleguen mis hijos, tú no vas a hablar nada. Estate callada, no más".
Más de noche llegaron sus hijos con fuertes vientos y granizadas acompañadas de truenos extremecedores. Estos tres hijos de la viejita habían traído todo tipo de cultivo, así como: papas, trigo, quinuas verdes y fresquitas y las depositaron en su despensa. Llegaron a la casa y dijeron: "¿Qué cosa huele como humo?" y preguntaron constantemente a su madre, y contestó la viejita: "No hay nada", y nuevamente insistieron sus hijos y dijeron qué podía oler así, y buscaron en todo sitio. Pero no encontraron a la huesped. La mujer estaba muy preocupada, pero más tarde se había quedado dormida de cansancio, ya que estaba agotada del viaje.
Dicen que al día siguiente muy de madrugada se despertó y se encontró con la ingrata sorpresa de que estaba recostada al lado de un manantial rodeado de enormes roquedales y peñas. No existía ninguna casa en el lugar. La mujer pensó mucho y casi se volvió loca. La anciana que la había alojado no había sido gente, sinó había sido la madre de la granizada.
Venturo chicote es también muy temible. Siempre hay que respetarlo. Dicen que dos jóvenes de una comunidad de Asillo tenían la costumbre de cazar pajaritos con flechas (w'achi). Muchas veces por la tarde se dirigían a lugares muy lejanos de su casa. Iban a cazar pajaritos a los cerros, principalmente a las quebradas y barrancos y a lugares que son `piro partes'11 como la wayrahuasis12. Pero sucede que un día en la tarde los muchachos se dirigían a los lugares denominados k'ajas13 a un parte llamado wayra-huasis. Los muchachos, muy traviesos, trepaban a las rocas, luego bajaban y subían los cerros, con el fín de matar a los pajaritos. Llegando a la k'aja los jóvenes muy inquietos corrieron de un lugar a otro, metiéndose en hoyos y huecos. De repente los jóvenes se encontraron con gran sorpresa en el wayra-huasis y vieron allí a un hombre muy extraño que estaba dormido recostado en un enorme roquedal. Esta persona era anormal. Comentan que tenía la cabeza totalmente sucia con enorme cabellera desgreñada. Estaba completamente desnudo y muy mugriento, pestilente con los mocos colgando de su nariz. Cosa muy raro: tenía huevos grandes y muy hinchados. Los muchachos sorprendidos no pensaron
que era el viento y se acercaron; lo miraron sorprendidos y silenciosos. Pero uno de ellos, muy atrevido, tomó su huachi sin el menor escrúpulo, apuntó en los huevos del hombre harapiento y flechó con fuerza.
El extraño hombre se despertó suspirando un sonido fuerte y espantoso, comenzó a soplar poco a poco más y más fuerte. Los muchachos desesperados y asustados empezaron a correr. Pero el hombre extraño se levantó y se convirtió en un fuerte viento huracanado. A uno de ellos botó al costado aturdiéndolo, y al muchacho que le había clavado la flecha lo levantó con el tuyo wayra14. Se lo llevó volando como si fuera un plástico, y lo hizo volar en el cielo de un lugar a otro. Subía y bajaba al muchacho golpeándolo contra los cerros y las rocas, despedazando su cuerpo que quedó hecho añicos.
Cuando despertó su compañero recobrando poco a poco su fuerza, se levantó, caminaba lentamente hacia su casa, muy apenado y asustado. Pero en el trayecto del camino encontró pedazos y trozos de carne de su compañero. Además encontró esparcidas en todo el lugar gotitas de sangre de su compañero. El muchacho regresó a su casa tan apenado y llorando de tan triste suceso que había ocurrido, porque jamás había pensado que habían ofendido al señor del viento.
2. EL MITO DE CUNIRAYA Y CAHUILLACA

"Había una mujer que se llamaba Cahuillaca y que también era huaca. Esta Cahuillaca era todavía doncella. Como era muy hermosa, todos los huacas y huillcas deseaban acostarse con ella. Pero ella siempre los rechazaba. Sucedió que esta mujer, que nunca se había dejado tocar por un hombre, estaba tejiendo debajo de un lúcumo. Cuniraya gracias a su astucia, se convirtió en pájaro y subió al árbol. Como había allí una lúcuma madura, introdujo su semen en ella y la hizo caer cerca de la mujer. Ella, sin vacilar, muy contenta, se lo comió. Así quedó preñada sin que ningún hombre hubiera llegado hasta ella.

Nueve meses más tarde, como suele suceder con las mujeres, Cahuillaca también dio a luz, pese a ser todavía doncella. Durante más o menos un año, crió sola a su hijo, amamantándolo. Siempre se preguntaba de quien podría ser hijo. Al cumplirse el año -el niño ya andaba a gatas- mandó llamar a todos los huacas y huillcas para saber quien era el padre. Cuando oyeron el mensaje, todos los huacas se regocijaron mucho y acudieron vestidos con su más fina ropa, cada uno convencido de ser quién Cahuillaca amaría. Esta reunión tuvo lugar en Anchicocha. Cuando llegaron al lugar donde residía esa mujer todos los huacas y huillcas se sentaron. Entonces ella les habló: " ¡Mírenlo! varones, señores, ¡reconozcan a este niño! ¿Quién de ustedes es el padre? ". Y a cada uno le preguntó si era él. Pero ninguno dijo que era su hijo.

Cuniraya Huiracocha se había sentado a un lado, como suelen hacer los muy pobres. Cahuillaca no le preguntó a él, pues le parecía imposible que su hijo hubiera podido ser engendrado por aquel hombre pobre, habiendo tantos varones hermosos presentes. Como nadie admitía que el niño era su hijo, le dijo a éste que fuera el mismo a reconocer a su padre, pero antes le explicó a los huacas que, si el padre estaba presente, su hijo se le subiría encima. El niño anduvo a gatas de un lado a otro de la asamblea, pero no se subió encima de ninguno hasta llegar al lado donde estaba Cuniraya, su padre.En seguida muy alegre,se trepó por sus piernas.
Cuando su madre lo vió, furiosa, gritó: "¡Ay de mí! ¿Cómo habría podido yo dar a luz el hijo de un hombre tan miserable?". Con estas palabras, cargó a su hijito y se dirigió hacia el mar. Entonces Cuniraya Huiracocha dijo: "¡Enseguida me ha de amar!" y se vistió con un traje de oro y empezó a seguirla. Al verlo todos los huacas locales se asustaron mucho. "Hermana Cahuillaca", la llamó, ¡mira hacia aquí! Ahora soy muyhermoso" y se irguió iluminando la tierra. Pero Cahuillaca no volvió el rostro hacia él. Con laintención de desaparecer para siempre por haber dado a luz el hijo de un hombtçre tan horrible y sarnoso, se dirigió hacia el mar. Al momento mismo en que llegó al sitio donde, en efecto, todavía se encuentran dos piedras semejantas a seres humanos, en Pachácamac, mar adentro, se transformó en piedra."



3.EL MITO DEL DIOS KON   Origen del rio Rimac y Santa Eulalia

En un principio el dios KON creo el mundo y poblo las tierras bajas cercanas al mar (la costa)con toda clase de plantas y animales muy fertiles y dociles y puso a su cargo los hombres los cuales no morian y solo tenian que coger los frutos de la tierra sin trabajar pero un dia los hombres se olvidaron de su creador y no le daban ofrendas porque se creian autosuficiente , entonces el dios amenazo a los hombres que les iba a castigar pero no le hicieron caso ,entonces el dios hizo que el mar se salga y que los rios se sequen volviendo a la costa un desierto ,entonces los comenzaron a morir y un rey del valle del Mantaro llamado Chaklla decidio sacrificarse por la gente . Subio a lo mas alto de la coordillera en ticlio y pidio que lo enterraran dejando solamente un agujero por donde corrian sus lagrimas y luego esta sformarian el rio Mamaq(Rimac),igualmente una princesa llamada Kisa subio a lo mas alto de la coordillera en San Pedro de Casta e hizo lo mismo que su amado y sus lagrimas formaron el rio Santa eulalia que al unirse con el Rimac formo el fertil valle de Lima salvando a la gente .
4. MITO DEL OBELISCO DE TELLO

Mito del Obelisco Tello Cuentan en el pueblo de chavin que el obelisco Tello representa una vieja leyenda que dice que en la antiguedad vivian en la costa un grupo de hermanos que querian alcanzar una gran estrella en el cielo para lo cual se consiguieron una soga magica que al lanzarla al cielo llegaba hasta la estrella y entonces los hermanos comenzaron asubir por ella cayendo en el camino uno por uno convirtiendo en diferentes plantas y animales que pueblan los andes (tunas, sabilas. girasoles,serpientes.etc) y solo dos llegaron hasta la estrella los cuales se convirtieron en un condor y el otro en un puma y se quedaron a vivir en la coordillera.La estrella seria la chacana de las cimas del obelisco , la soga la linea de dientes que recorre el centro del obelisco y los hermanos convertidos en plantas y animales todos aquellos iconos que adornan el obelisco y la cola de pez de la parte baja del obelisco simbolizaria el mar y la cabeza del caiman seria la cordillera


5. Mito de Pariacaca - Huarochiri
Mito prehispánico que relata el origen del dios Pariacaca, principal deidad prehispánica de la actual provincia de Huarochirí, en Lima - Perú.
Los hombres que vivían en aquellos tiempos no hacían otra cosa que guerrear y luchar entre sí, y reconocían como sus Curacas (gobernantes) sólo a los más valientes y a los ricos. A estos llamaros los purum runa.
Sabemos que en aquella época, Pariacaca nació de cinco huevos en el cerro Condorcoto (un cerro ubicado entre Huarochirí y San José de Los Chorrillos, provincia de Huarochirí, departamento de Lima).
Un solo hombre, un pobre que se llamaba Huatiacuri, quien era, según se dice, hijo de Pariacaca, fue el primero en ver y saber de este nacimiento.
Según se dice, la gente de ese tiempo lo llamaba Huatiacuri, porque siendo muy pobre, se alimentaba solo con papas huatiadas.
Había un hombre llamado Tamtañamca, que era un poderoso y gran señor. Su casa estaba cubierta de alas de pájaro de plumas rojas y amarillas. Poseía llamas de todas las especies imaginables: amarillas, rojas, azules. Cuando la gente supo de su poder y virtud, llegaron de todas las comunidades para honrarlo y venerarlo. Y él, fingiendo ser un gran sabio (a pesar de sus conocimientos limitados), vivía engañando a mucha gente.
Fue así que Tamtañamca, que se fingía adivino y dios, contrajo una enfermedad muy grave. Mucho tiempo pasó y la gente se preguntaba cómo era posible que un sabio tan capaz estuviese enfermo.
Así como los Huiracochas recurren a los adivinos, o a los doctores, Tamtañamca, que deseaba curarse, llamó a todos los sabios. Sin embargo, ninguno supo dar con la enfermedad que lo aquejaba. Huatiacuri venía desde el mar, y se quedo a dormir en un cerro llamado Latausaco.
Mientras tanto, un zorro que subía se encontró con otro que bajaba y le pregunto así: "Hermano, "cómo está la situación arriba?, -"lo que está bien, está bien"- le contestó el otro, y prosiguió: "aunque un Señor, un Huillca de Anchicocha, que finge ser un dios y gran sabio, está enfermo, por ello todos los adivinos tratan de dar con el origen de tan extraño mal".
El zorro que subía volvió a preguntar: "y "cómo fue que se contagió con ese mal?", y el que bajaba le respondió: "mientras su esposa tostaba maíz, salto un grano de muchos colores, pero antes de tocar el piso tocó las verguenzas de ella, sin embargo, lo recogió y se lo dio a comer a otro hombre. Por eso ahora se le considera adúltera. Por esa culpa hay una serpiente que vive sobre la casa y se los está comiendo. Hay también un sapo de dos cabezas que vive bajo su batán. Y nadie sospecha que son estos quienes enferman a Tamtañamca".
Este gran Señor que estaba enfermo por haber fingido ser dios, tenía dos hijas. La mayor se había casado con un hombre muy rico de su Ayllu.
Entonces, Huatiacuri llegó donde se encontraba el Señor enfermo. Cuando estaba cerca le preguntó a todos si hubiese alguien en la comunidad que estuviese enfermo. La hija menor de Tamtañamca le respondió que su padre.
Huatiacuri le dijo: -"Cásate conmigo y yo sanaré a tu padre- Pero ella no respondió enseguida la propuesta, fue y le contó a su padre que un pobre le había dicho que lo iba a sanar.
Los sabios que estaban allí, cuando escucharon sus palabras, se echaron a reír y dijeron: -""Estaríamos nosotros aquí curándolo, si un pobre como éste fuese capaz de hacerlo?-
Tamtañamca, sin embargo, deseaba ante toco sanar, he hizo llamar a Huatiacuri: -"Que venga cualquiera que sea capaz de sanarme"- Huatiacuri entró y le dijo: -"Si deseas voy a curarte, pero me tienes que dar a tu hija"- El otro, muy contento, aceptó. El esposo de la hija mayor de Tamtañamca, al oír eso, se puso furioso: -""Cómo podré aceptar que la cuñada de un hombre tan poderoso como yo se case con semejante pobre?-.
Sin hacer caso a esos reclamos, Huatiacuri empezó con su labor: -"Señor, tu mujer es adúltera, su culpa te ha hecho enfermar. En el techo de tu casa hay dos serpientes que te están comiendo, y también hay un sapo de dos cabezas debajo de tu batán. Tenemos que matarlos a todos para que te cures. En cuanto a ti, tu no eres un auténtico dios, porque si lo fueras no te habrías enfermado de esta manera"-
Al oír esto, Tamtañamca se asustó. En cambio su mujer gritó furiosa: -"Este miserable me insultó sin motivo, yo no soy una adúltera". Pero como el enfermo tenía muchas ganas de curarse, mando que Huatiacuri haga lo que sea necesario. Entonces sacaron a las dos serpientes y las mataron. Entonces Tamtañamca supo que Huatiacuri decía la verdad, y a la mujer no le quedó más que confesar su culpa. Luego levantaron el batán y el sapo de dos cabezas salió volando con rumbo a la quebrada de Anchicocha. Se cree que aún permanece ahí, escondido en un manantial, y cuando los hombres pasan por ese lugar, a veces desaparecen y otras veces enloquecen.
Luego de todo esto, Huatiacuri dijo haber cumplido con su labor, y el enfermó sanó. El día señalado Huatiacuri viajó a Condorcoto, y ahí estaba Pariacaca, en forma de cinco huevos. Entonces el viento comenzó a soplar por primera vez, pues en tiempo anteriores, el viento nunca había soplado. El mismo día del viaje, Tamtañamca - ya sano- le entregó a su hija conforme lo acordado -, luego emprendieron viaje. Mientras caminaban solos por un paraje cerca al cerro Condorcoto, pecaron. Cuando el esposo de la hija mayor de Tamtañamca se enteró de esto, desafió a Huatiacuri para vencerlo y cubrirlo de verguenza. Lo retó de la siguiente manera: -"Vamos a competir en distintas pruebas, "cómo un miserable como tú te atreviste a casarte con la cuñada de un hombre tan poderoso como yo?.
Huatiacuri aceptó el reto, y fue a contarle a su padre Pariacaca (quien aún no nacía y seguí en forma de cinco huevos), todo lo sucedido. -"Muy bien"dijo Pariacaca -"cualquier cosa que te proponga, ven enseguida y cuéntamela, yo te aconsejaré"-.
He aquí la primera prueba: El hombre poderoso le propuso a Huatiacuri medir su resistencia bailando y bebiendo. Y por supuesto éste fue donde su padre (Pariacaca) a contárselo. -"Anda a la otra montaña - le dijo Pariacaca - y transfórmate en un huanaco, échate fingiendo estar muerto. Muy temprano de mañana un zorro y su esposa irán a verte, ella traerá chicha en un poronguito y el traerá su tambor y su antara. Cuando te encuentre, creyendo que estás muerto te comerán. Pero antes que hagan esto, conviértete de nuevo en hombre y grita con todas tus fuerzas, ellos se asustarán tanto que saldrán huyendo olvidando sus cosas. Con ellas tu asistirás a la competencia".
Huatiacuri hizo todo lo que su padre le dijo. Al comenzar la competencia, el hombre rico fue el primero en bailar. Aproximadamente doscientas mujeres bailaron para él. Cuando le toco el turno a Huatiacuri, él entró solo con su esposa a bailar, los dos solitos. Tocaron el tambor que le habían robado al zorro. Pero apenas empezaron, la tierra empezó a temblar. Así ganó en baile. Ahora tocaba beber. Huatiacuri y su esposa se sentaron en el lugar de honor, y todos los hombres presentes se fueron acercando, sirviéndole chicha, uno tras otro sin dejarlos respirar. Cuando le tocó a él servirles chicha a todos los presentes, Huatiacurí sacó el poronguito (el de la zorrina). Todos los presentes se echaron a reír y se burlaban diciendo que
era muy pequeño para saciar a tanta gente. Pero apenas les fue sirviendo, uno a uno fueron cayeron sin sentido.
Como había vencido en esta prueba, al día siguiente, el hombre poderoso lo desafió nuevamente. Esta vez el reto consistía en vestirse con las más finas ropas. Nuevamente Huatiacuri fue a consultar con su padre. Pariacaca le dio un traje de nieve. Así venció a su rival deslumbrándolos a todos. Derrotado por segunda vez, ahora el desafío era atraer pumas. Huatiacuri pensó en atraerlos con poesía. Según las instrucciones de su padre, fue muy temprano a un manantial y tajo a un puma rojo. Cuando se puso a bailar con el puma rojo, en el cielo apareció el arco iris, y este es su origen.
Ahora el hombre rico y poderoso quiso competir construyendo una casa grande. Huatiacuri colocó solo los cimientos y pasó el resto del día paseando con su mujer. Pero, durante la noche, todas la aves y las serpientes, todas las que había en el mundo, fueron y construyeron la casa. A la mañana siguiente la casa estaba terminada, y el hombre rico y poderoso se asustó mucho. Desafió a Huatiacuri a una nueva competición: esta vez habían de techar las casas. Todos los huanacos y todas la vicuñas traían paja para el techo del hombre rico. Huatiacuri contrató un gato montes, que las asustó. De este modo ganó nuevamente.
Siguiendo el consejo de su padre, Huatiacuri le dijo al hombre rico: -"Yo he aceptado todos tus desafíos y en todos te he vencido, ahora te toca a ti aceptar los desafíos que te proponga yo". El hombre rico aceptó. -"Ahora vamos a bailar vestidos con una cusma azul y huara de algodón blanco". El hombre rico empezó a bailar, como siempre acostumbraba a hacer. Mientras tanto, Huatiacuri entró corriendo y gritando. El hombre rico se convirtió en venado y salió corriendo. Su esposa corrió detrás de él. Huatiacuri los persiguió, y alcanzó a la mujer en el camino de Anchicocha. La clavó de cabeza en la tierra y la convirtió en piedra. El hombre rico, que lo habían convertido en venado, subió al cerro y desapareció. Desde ese momento los venados son cazados para comer su carne.
Solo después de todo esto, Pariacaca y sus hermanos salieron de los cinco huevos, convertidos en cinco halcones. Al tocar tierra tomaron forma de hombres y empezaron a caminar. Al enterarse de cómo se había portado la gente de esa época y cómo Tamtañamca, fingiendo ser un dios, se había hecho adorar, se enojaron mucho. Se convirtieron en lluvia, arrazando con todas las casa y las llamas hasta el mar, sin dejar que nadie se salve.
Después de cumplir con su castigo, Pariacaca subió al cerro que hoy lleva su nombre.


6. Cuento: Atachuco y Auray
Estos son dos cerros elevadísimos. Atachuco esta ubicado en la jurisdicción de la comunidad de Laraos y Auray en las alturas de Lunahuana. Ambos se divisan a Larga distancia, desde muchos kilómetros a la redonda.En épocas de la gentilidad, dicen que estos dos cerros eran compadres. El primero, señoreaba a todos los cerros y pueblos de la sierra norte de los Jatunyauyos. Poseía muchísimas minas de oro y plata e inmensas manadas de ganados consistentes en vicuñas, tarucas, venados, guanacos y vizcachas. También sembraban extensas tierras con papas, ocas, ollucos, y otras plantas de la sierra. El cerro Auray, en cambio, era rey de todos los cerros y pueblos de la costa; ubicados a inmediaciones del río cañete. Era también inmensamente rico; poseía enormes tierras sembradas de caña de azúcar, yuca, camote y variedad de árboles frutales. De la caña y las uvas, fabricaba los mejores licores de la época. De cuando en cuando, estos dos compadres, casi siempre en la época de la madurez, intercambiaban sus productos. Atachuco, le mandaba a su compadre, oro y plata cargados con vicuñas y tarucas; a cambio de todo lo enviado, Auray le pagaba con aguardiente, yucas, camote y frutas. En cierta ocasión, dicen que un indio Laraos al ir a repuntar sus llamas por los lugares de shajshana y llishallisha tuvo la buena o mala suerte de encontrar una vicuña que dormía casi invisible entre los arbustos y los pajonales. Cuando fue a verlo, el animal estaba cargado de oro y plata en barras. Posiblemente este animal se habrá quedado allí cansado por el exceso de carga separándose de la tropa. El indio lo cogió con facilidad y contentísimo por el hallazgo le descargó la carga. Luego, lejos de dejarla libre, también quiso aprovechar su carne y lana. Después de haber cortado la cabeza, vio con sorpresa, que el animal tenia las dos orejas con señas y cintas de color verde y rosado. Como no pudo ya remediar el percance no tuvo mas remedio que llevarse todo a su casa; aunque las cintas y las señales le hizo pensar que su presa tendría dueño. Su esposa al ver llegar cargado de una vicuña muerta, al principio, Lo recibió alegremente; pensando tener carne gratis para varios días, pero al ver la cabeza con cinta y señal lo reprocho por tonto y ambicioso. -¿Por qué mataste el pobre animal, sin haberte conformado con tanto oro y plata? A-ura, seguramente lo has perdido tu suerte. Seguramente el cerro será su dueño. A-ura mismo seguro estará buscando por todas partes. Que va a descansar hasta encontrarlo. Mejor será que aura mismo devuelvas con tosa su carga hasta el mismo lugar donde encontraste. Aunque estas muerto cuando esta completo su carga talvez ya no puede buscar. Si no devuelves, yo no se que nos pasara hasta aquí seguro llegara buscando. Con los reproches de su mujer y las cintas que tenia la vicuña, el indio se acostó pensativo que efectivamente la vicuña tendría dueño; cuando después de un ligero sueño, a media noche, se despertó sobresaltado. Como en delirios decía “que todos los cerros por encargo del cerro Atachuco estaban buscando la vicuña extraviada. Como si fuera un loco cogía algunas frazadas, y creía estar escondido en ichu la vicuña muerta. Pero los buscadores habiendo encontrado la matador lo vupaleaban a gusto.!Perdón¡¡ perdón taitas! –decía. “Llévense todo, no he gastado todavía nada!! Gritaba el enfermo. Así delirando, temblando con fiebre alta y loco, dice que el suertudo Laraos; después de largas agonías lastimera dejo de existir.

7. Mito de Naylamp
Naymlap y los Señores de Lambayeque
Cuentan los pobladores de Lambayeque que en tiempos tan antiguos que ya se perdió la cuenta de cuantos fueron arribó de la parte suprema(2) del Perú a estas costas una gran flota de balsas comandada por un gran señor, hombre de mucho valor y calidad llamado Naymlap.
Viajaba acompañado por una numerosa comitiva que lo seguía con reverencia y adoración como a gran caudillo. Estaba su esposa, llamada Ceterni, un numeroso harén, cuarenta de sus más valientes capitanes, el trompetero oficial (uno de los cargos más prestigiosos) llamado Pita Zofi, quien se encargaba de hacer sonar el pututo(3), Ñinacola, encargado del cuidado del anda y trono de Naymlap, Ñinagintue, encargado de la bebida, Fonga Sigde, quien tenía por misión esparcir polvo de mullu(4) por donde pisaría su señor, Occhocalo, el cocinero, Xam Muchec quien pintaba el rostro de Naymlap. Lo bañaba, adornaba y untaba con finas esencias, Ollop-copoc. Tejía y bordaba para su señor y elaboraba camisas y mantas usando la fina y complicada técnica de la aplicación con plumas de vivos colores Llapchiluli, muy querido por su Señor Naymlap, además de una numerosa y casi incontable muchedumbre.
Desembarcaron cerca a la desembocadura del río Faquisllanga, de allí caminaron media legua tierra adentro buscando un buen lugar para asentarse. Al encontrar el lugar adecuado construyeron un palacio al que llamaron Chot y en el lugar principal colocaron a Yampallec, figura esculpida en piedra verde que trajeron consigo y que representa la imagen del mismo Naymlap. Yampallec significa figura y estatua de Naymlap.
Pasaron los años viviendo en paz, procrearon muchos hijos y nietos, construyeron casas, labraron la tierra y le tomaron mucho cariño a su nuevo terruño. Pero el tiempo no perdona y la muerte visita al gran Naymlap. Por temor a que no se entienda la mortalidad del caudillo y Señor lo enterraron a escondidas y publicaron por todas parte que con prodigioso poder se había convertido en ave y había volado lejos de allí. Consternados y muy dolidos quedaron sus más cercanos y leales seguidores, los que viajaron con él desde la parte suprema del Perú. No podían comprender por qué su amado señor Naymlap los había abandonado. Presos de la desesperación no dudaron en abandonar casa y familia, hijos, nietos, tierras y salieron apresuradamente, sin guía ni orden, a buscar a Naymlap y se juraron no regresar hasta encontrarlo y traerlo de regreso así tengan que ir hasta donde nadie había llegado. Nunca más se supo de ellos.
Al irse en busca de Naymlap, al que creían desaparecido, todos los que vinieron con él, quedó la tierra poblada sólo por los que habían nacido en ella. Lo sucedió a Naymlap su hijo Cium, que se casó con una hermosa joven llamada Zolzoloñi y en ella y otras mujeres tuvo doce hijos varones y cada uno de ellos fundó una numerosa familia. Uno de ellos llamado Nor, se fue al valle de Cinto, otro llamado Cala al valle de Túcume, otro más al valle de Collique y los demás a diversos lugares. Llapchillulli, hombre muy cercano a Naymlap y que arribó a Lambayeque acompañándolo se mudó al valle de Jayanca donde se asentó y enraizó.
Cium vivió muchos años y sintiéndose morir bajó por propia voluntad a una habitación subterránea donde estuvo hasta que murió, pues no quería que se supiese que era mortal y más bien quería que lo crean inmortal y divino.
Luego gobernó una larga lista de herederos como Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofan Nech, Mulumuslan, Llamecol, Lanipat Cum y Acunta. Finalmente gobernó Fempellec quien tuvo la desdichada idea de trasladar a Yampallec de Chot, donde Naymlap lo colocó. Se cuenta que cuando buscaba otro lugar para llevarse al ídolo el demonio disfrazado de mujer se le presentó y lo sedujo. En castigo sobrevinieron 30 días de torrenciales lluvias seguidos de un año de cruel sequía, esterilidad y hambre. Reunidos los sacerdotes y hombres principales que adoraban a Yampallec comprendieron que las penurias que padecían eran por los errores cometidos por Fempellec, por eso, dejando a un lado el temor y respeto que se tiene a los Señores, lo ataron de pies y manos y lo arrojaron a lo profundo del mar. Y este fue el final de la línea y descendencia de Naymlap.
Quedó el valle de Lambayeque sin un único gobernante hasta que desde el sur llegó un poderoso Señor guerrero, Chimú Capac, Curaca (gobernante) del Imperio Chimú quién reunificó y anexó para sus dominios este. Impuso como gobernador de Lambayeque a Pongmasa, natural de Chimú, quién al morir dejó en su cargo a Oxa, su hijo, que fue el primero en tener noticias de los Incas del Cusco, grandes conquistadores, y desde entonces vivieron con el temor de ser despojados. Le sucede su hijo Llempisan, quién conoció del poder de los Incas. Luego gobernó Chullumpisan, al que sucedió su hermano Cipromarca y luego otro hermano menor llamado Fallenpisan. Luego vino Efquempisan, seguido de Secfunpisan en cuyo gobierno llegaron al Perú los conquistadores españoles y se adueñaron del valle de Lambayeque y de todo lo demás.
(1)
Miguel Cabello Valboa. Miscelánea Antártica, una Historia del Peru Antiguo (1586). Versión Original del Instituto de Etnología de la Facultad de Letras - Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, 1951. pp. 326-330.
(2)
Para algunos autores "parte suprema" significa que provenían del norte, pero para otros autores significa que provenian del sur. Quien escuchó y escribió esta leyenda contada de propia boca por Martín Farrochumbi interpretó como parte suprema al sur, pues ellos (los españoles) viajaban de norte a sur, siendo la parte suprema lo que tenían por delante.
(3)
Trompeta fabricada del caracol marino Strombus sp.
(4)
El Mullu (Spondylus sp.) es un molusco bivalvo de aguas calientes que vive principalmente en las aguas cálidas que bañan las costas del actual país de Ecuador, al norte del Perú. Desde épocas muy antiguas (3000 años a.C.) es usado como ofrenda en las principales ceremonias y como materia prima en la fabricación de joyas y adornos.

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